El saber del pueblo lo aprendemos de la naturaleza, o del paisaje que es la naturaleza en la mirada del pueblo. La cotidiana aunque ya no frecuente presencia de las bellas canastas de palma caranday, los ecos del ceibo y los chivos en el bombo, el legado inca en el maíz y la ceniza de jume en la mazamorra (o en los versos del poeta Aguero). En tiempos en que la naturaleza es desvalorizada y devastada, así ocurre también con las culturas populares, ambas son interdependientes y están en peligro.
El saber del pueblo lo hacemos entre todos, está vivo. No es algo solo del pasado, es lo que elegimos hacer día a día. ¿Que cantamos, que comemos, a que jugamos? ¿Que valoramos y que echamos al olvido? Para una mirada de educación ambiental no se trata de enseñar a copiar ni acatar dogmas del pasado (acaso eso sea tradicionalismo) sino de conocer la historia y el paisaje de nuestro lugar, y así con respeto sentirnos libres y conscientes para recrearlo con nuestras propias necesidades y emociones.
Con este documental de la ONG "Relatos del Viento" celebramos la transmisión oral de los saberes populares, y a quienes trabajan para recuperarlos y ponerlos en valor. Una tía, un sobrino, una libreta, un suri, una garrapata y el bello y misterioso ambiente de la Mar Chiquita y la Isla del Mistolar, son los artistas folklóricos de esta bella obra.
Y coincidentemente es también el Día del Folklore en Argentina, ya que conmemora el nacimiento de Juan Bautista Ambrosetti, considerado padre del Folklore Argentino, el 22 de agosto pero en 1865 en la provincia de Entre Ríos.
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